Sin palabras. Son las 11 de la noche y no quiero estar aquí. Quiero regresar a Pandora. Quiero ser una alienígena azul y quiero medir tres metros.
Ha pasado una hora. Es media noche. No puedo ir a Pandora. Todavía no soy una alienígena azul y es casi imposible medir tres metros.
Gracias James Cameron, otro deseo imposible más al cual no puedo hacerle check en mi lista. (Sarcasmo).
PANDORA:
Locación: Una luna de Polyphemus, un planeta gigante de gas orbitando la estrella Alpha Centauri A. A 4.4. años luz de la tierra.
Ambiente: Parecido a la tierra. Pero los humanos no pueden respirar su aire sin una máscara especial. (Exopack)
Habitantes: Los Na’vi, una raza muy inteligente de humanoides con una sociedad Neolítica.
Recursos: El único recurso conocido es el Unobtanium, un superconductor vital para la economía de la Tierra.

No me pregunte como llegar ahí. Pandora no existe. Según Lisa Kaltenegger, astrónoma de la Smithsonian (Un instituto localizado en Estados Unidos de educación e investigación que además posee un complejo de museos asociados), se podría estudiar vida cercana en una estrella como Alpha Centauri A (que sí existe) del sistema estelar Alpha Centauri, si pudieran encontrar agua, Metano, Dióxido de carbono y Oxígeno.
Este film apareció ante mi ojos como exuberante, breathtaking, visualmente orgásmico, brillantemente ejecutado, como la máxima potencialización de efectos visuales que haya percibido. Por nada Cameron mantuvo la historia en espera por más de 15 años y en el 2006, decide que todavía falta tiempo en tecnología para lograr su objetivo. Y, a partir de la tecnología creada con Gollum, personaje de El Señor de Los Anillos, Cameron supo que ésta ya comenzaba a dar forma para su film.
No pudo haber un casting mejor, encabezado por el casi desconocido en Hollywood Sam Worthington, -un australiano al quien desde ahora, según mi criterio, parece ser un digno sucesor de Russel Crowe-, quien le otorga a su personaje Jake Sully gran dosis de realidad, conmoción y empatía emocional. Un punto grande a favor: la falta de una fracción de movilidad corporal no le resta fuerza a su personaje, al contrario, le ayuda a extrapolar las emociones.

Y que decir de las chicas fuertes de Hollywood, Sigourney Weaver como la brillante Grace Augustin, (a quien debieron darle más escenas de acción). Aparece como la gran madre del proyecto. Y la siempre ruda Michelle Rodriguez, interpreta a Rudy Chacon, una piloto retirada de la marina quien con su brillante carisma para el humor sarcástico y encarnación de la fidelidad fraternal nos entrega aunque una instancia corta, muy bien personificada.
Giovanni Ribisi, (Parker Selfrige) lo encontré con una actuación muy equilibrada. Sin faltas ni exageraciones. Creo que es de las primeras actuaciones donde representa al “malo” del film. Salió airoso.
El casting general de los nativos estuvo adecuado, ya que utilizaron su fisonomía para crear las CGI (Imágenes Generadas por computador). Y las voces transmiten fielmente la narración. Excelente.
Esta es la sinopsis extractada: “En el futuro, Jake, un veterano de guerra parapléjico, es trasladado a otro planeta recién descubierto, llamado inicialmente Alpha Centauri B-4, y posteriormente Pandora. Es un mundo lleno de una increíble diversidad hermosa y mortal que respira amoniaco. Está habitada por el Na'vi, una raza humanoide con su propia lengua y cultura. La raza humana se encuentra en guerra con los indígenas. La mente de Jake y otros soldados es trasladada a los cuerpos de unos Na'vi creados genéticamente, para que así puedan infiltrarse en las líneas enemigas.”
Se me asemejó a dos films. El primero Danza con Lobos. Desde que vi al personaje principal ingresar al “mundo” Pandora, me trasladé a Kevin Costner en el año 1990 en la forma en como domestica a los Ikran (aves grandísimas). Y finalmente a Matrix, por el traslado genético del mismo personaje hacia otro cuerpo. Aunque no esté precisamente en otra dimensión.

La dirección de arte es elevada a su máxima expresión con un festín de colores exquisito por Todd Cherniawsky, un canadiense del que no sabía nada hasta ahora y ha trabajado como asistente de director de arte en Beowulf y War of the Worlds. Aplaudo la armonía cromática genialmente desplegada en los animales, específicamente en los Ikran.
Presumo que es una buena candidata al Oscar, ya que hace gala de un mensaje dirigido hacia el cuidado de la Tierra. Así como vimos el año pasado en el aparte de películas animadas codiciando la estatuilla dorada estuvo Wall-E, que poseía un mensaje símil. Apreciamos una vez más que el principal destructor de la Tierra es el hombre, y que al encontrar vida en otro lugar también sueña con la extracción de minerales sin importarle la destrucción del mismo.
Son las dos de la mañana. Tengo el cuerpo azul, mido aproximadamente tres metros y me ha crecido una cola que no me deja sentar en esta silla. Es hora de ir a Pandora. Desde allá escribiré mi próximo post.
I see you!!!
P.S. ¿Habrán cines 3D en Pandora?