OBSESIONES

Reseñas de cine con carácter crítico.

3/12/2011

LOS COLORES DE LA MONTAÑA

Publicado por Carolina Pardo Delgado |





Puede que a Colombia le sea tan inherente la violencia, que muchos de sus ciudadanos elijamos por momentos desconectarnos de la realidad que se ve a través de los medios. Decidamos no leer, no ver noticieros, ni enterarnos a través de la web. Algunos porque nos duele en extremo el país y otros, porque simplemente hemos perdido la fe en él.



Y puede, que sea necesario que un filme nos toque la puerta, nos interrogue acerca del futuro que le estamos dejando a nuestros hijos, nietos, sobrinos y demás, y nos coloque el dedo en la llaga que infructuosamente pretendemos tapar con paños de agua tibia.



Tres niños, “Poca luz”, Manuel y Julián han extraviado un balón en la mitad de un campo minado, dicho objeto representa la única felicidad en medio de la zozobra que recogen de la cotidianeidad de los adultos, además de representar un hilo conductor a través de la historia que busca alejarlos de ahí: Manuel escucha un partido de fútbol en la radio tratando de evitar en un momento la realidad que le rodea.


Carlos César Arbeláez, su director, logra apartarse de la violencia misma para ofrecer una mirada que si bien no representa el conflicto armado de frente, nos introduce en este lado oblicuo de desplazamiento, paramilitarismo y fuerzas militares.


Una ópera prima y cine de autor se conjugan para subrayar una denuncia que no requiere de violencia explícita, ni de magnos efectos especiales y que claramente no vacila en implantarnos en el cerebro la idea que es preciso proteger las futuras generaciones del declive moral y resquebrajamiento de las leyes humanitarias internacionales en mitad de un conflicto armado.



Actores naturales enfocados a través de planos, en su mayoría abiertos, encuadres que buscan avistar el horror que experimentan los adultos día que pasa, que no requieren de manipulación por el excelente desempeño de los mismos, estos tres niños,-que parecen apropiados de un comercial de Benetton-, se introducirán en la piel hasta del ser más desviado en sensiblería, hurgarán hasta el más ínfimo corredor y allí se instalarán a sabiendas de que algún día se podrá transitar libremente a través del territorio colombiano.

Un pool de actuaciones equilibradas confirman la presencia de una excelsa dirección de actores a través de la lente de Arbelaez, sumado a una fotografía que resalta de manera exquisita la riqueza natural del país junto a un guión simplista en cuanto a que no se arriesga a ir más allá de lo necesario pero que finalmente cumple a cabalidad el objetivo de su director: mostrar un lado del conflicto a través de la inocencia infantil.

Escena para no perderse: Todas.

Mi recomendación: Apuéstele al cine colombiano esta vez y no se arrepentirá.

2 comentarios:

Mario dijo...

Yo le apuesto al cine de Colombia, me encantaría ver la película, es una forma como escribes de sensibilizarnos viendo que futuro le dejamos a los demás, ese contraste entre violencia e inocencia abre las puertas del pensamiento, se ve desde otro punto de vista. Un abrazo.

Mario

Anónimo dijo...

en esta película se ve como el conflicto armado nos afecta a todos y hasta los mas pequeños (los niños) como ellos lo ven pero uno piensa que la vida aquí en la ciudad es difícil y en el campo es fácil pero nos equivocamos.
me gusto mucho lastima que no recuperaran el balón
jeison andres corredor caballero cn7
jeison andres corredor caballero cn7

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