OBSESIONES

Reseñas de cine con carácter crítico.

4/09/2011

BIUTIFUL

Publicado por Carolina Pardo Delgado |






He salido de la sala pensando en que quería abrazar a Uxbal o a Bardem, ya no tenía idea si era el mismo, o si acaso era posible que en una anterior vida, este actor haya sido Uxbal.


Alejandro Gónzales Iñarritu, el director, nos viene acostumbrando a este tipo de historias en la que la pieza clave de la estructura de sus relatos se concentra en una conexión monolítica, y muy a pesar de su divorcio profesional con Guillermo Arriga –que a mi parecer es una de las catástrofes más grandes del cine actual-, Iñarritu logra en este filme mantener la usual interacción entre historias sin arruinar la principal.


Paralelamente, algunos de sus detractores tienden a señalar la extensa capacidad manipulativa de Iñarritu para mantener al espectador en una incesante angustia, y, extrañamente, ésta misma habilidad es la que lo ha posicionado como un director que sabe como apropiarse y destilar la verdadera agonía de la vida a través de sus imágenes.


Punto a favor. Bardem ha logrado sobrepasar las barreras de lo meramente ficticio y ha conseguido sumergirse de manera tan profunda, que es imposible diferenciar hasta donde llega él y donde comienzan sus personajes, y, a pesar de lo que se pudo haber pronosticado en lo que a su inclusión en el cine hollywoodense se refiere, éste talento no se ha visto desvirtuado en ningún momento.


Desde su complexión física, hasta la comunicación corporal que nos ofrece, en la que su personaje da pasos cortos demostrando una plena inseguridad con la vida, Bardem demuestra que tiene el absoluto control sobre su personaje y que no se le escapa hacia una posible sobreactuación ni tampoco le resta vida con una exploración mediocre.


Y vemos a Uxbal, y sufrimos con él, y lo acompañamos en una pluralidad de angustias, de ires y venires que marcan una vida llena de tragedias, y terminamos cuestionándole sus actitudes, sus errores que van enmarcados en una dicotomía moral que por conectarnos y amarlo, hace que se nos olviden sus crímenes y los pasemos por alto, como un acto altruista de perdonarlo a pesar de.


Uxbal es un personaje que poco se ve en la ficción, pero de la que estoy casi segura, podrá verse ampliamente en la realidad, luchando por lo inalcanzable, con una urgida programación mental de proteger y conservar su propia especie, sin importar los medios que se utilicen para ello.


En cuanto a fondo musical, reaparecen las cuerdas que hicieran famoso a Santaolalla en “21 gramos”, que se introducen para anunciar al enemigo, -esas etapas amargas de la vida-, en conjunto con una cinematografía de una amplia riqueza exploratoria, y una cámara en cinema verité que baila incesablemente al compás de Bardem.


La presencia de un alma compungida perennemente – la mía- a través de este filme que de Biutiful solo tiene el nombre, y que introduce de una manera sagaz ciertas dosis de horror en medio del drama con contados respiros, me obliga a recomendarlo muy a pesar de las aflicciones internas que pueda generar.


Porque una historia tan bien contada hace que sea imposible pensar que no es real.


Escena para no perderse: Todas.


Mi recomendación: Por su amplio metraje (casi las dos horas y media), y ciertas dosis de horror, si usted es una persona muy sensible, no la recomiendo para horas nocturnas.

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