No sé por donde comenzar. No dejo de sentirme abrumada por la historia. No dejo de tener fijada a Ángela en mi mente. No dejo de verla. Pronostiqué que esto pasaría. Desde que la observé en una prueba de cámara de Youtube, supe que Ángela se convertiría en uno de los performances que menos olvidaría. Ya tengo uno colombiano.
Bienvenida seas a mi lista.
Siempre he tenido una fascinación por los personajes solitarios, vacíos, inconclusos, errantes, esos que están a punto de explotar la verdad. Porque son capaces de todo para poder sentirse vivos. Son capaces de ingresar en las situaciones más extrañas y atroces y comprobar así, que no carecen de fibras internas que se mueven. Como bien sentenció un personaje del film Crash (2004), una frase que no me deja en paz “…parece que nos estrellamos entre nosotros mismos, para ver si podemos llegar a sentir algo…”. Porque de allí se desprende la capacidad de cuestionarse acerca del significado de la vida y de los porqués de seguir viviendo. Es que cuando alguien comienza a sentir que ya no tiene nada por que vivir, es porque llegó al final del camino y la vida le empieza a resultar insulsa, como esa rutina normal del día a día, y buscan desesperadamente una forma de aferrarse fuertemente a lo que puedes y debes continuar. Ángela encuentra en las drogas y el alcohol, unos ansiolíticos para acallar la voz interna de la soledad que la abruma, mientras Jorge, su compañero de la noche, encuentra en la venganza el ansiolítico para acallar el vacío que le deja la muerte de su hermano.
Este film me deja en el alma un sinsabor, preguntas sin respuestas. Lo mismo que percibí en 1995 cuando vi dos soledades que se encontraban en una noche, en Leaving las Vegas, la que le otorgó un Oscar a Nicolas Cage, por representar a otro personaje sórdido que no sabe como continuar y elige el alcohol para acallar los demonios que lleva adentro, o en “American Beauty” con Kevin Spacey cuando inicia a cuestionarsea si mismo y su ambiente con sarcasmos mordaces e intrépidos en la crisis de su mediana edad.
Jorge y Ángela, terminan encontrándose por aquellas “casualidades”, y es en comillas, porque para mi no existen. Terminan rellenándose el uno a otro de aquella soledad interna. Con simples miradas terminan reconociéndose mutuamente en ese nivel donde las falencias no se juzgan, donde el dolor emerge como común denominador.
La Lluvia sempiterna termina convirtiéndose en un personaje más de la historia. Es el ser omnisciente que llora con los personajes principales las injusticias que les sobreviven. Y es el único que reconoce las que en unas horas les han de venir.
La película ha sido definida por su director como un road movie urbano, “Road movie (literalmente "película de carretera", en
inglés) es un género cinematográfico cuyo argumento se desarrolla a lo largo de un viaje.” Excelentes actuaciones. Exquisita la banda sonora. La dirección técnica brilla por la fluidez de los planos secuenciales. Con una brillante fotografía que deja entrever a una Bogotá fría y sórdida, adolecida por almas perdidas. Lo único que no comparto es el lenguaje soez que se utiliza de manera repetitiva en dos de los personajes. Qué si era necesario? Absolutamente si. Pero hay un punto en que la repetición de estas palabras pierde su efectividad, además de que demuestra la necesidad de un diálogo más preciso.
Creo que el cine colombiano está viviendo su mejor etapa, que no nos de miedo representar la tan criticada violencia que representamos en todo momento, porque al final una historia de “ficción” como la de Ángela y Jorge nos duele menos que ver la realidad, esa misma que ignoramos cada vez que apagamos con desdén el televisor cuando comienza el noticiero. Creo que así evitaremos ver la sangre, aunque la lluvia se quede llorando por usted, por lo que por fortuna, nunca llegará a ver.
3 comentarios:
Mi mejor recompensa!! Gracias a ti y a tu sensibilidad por hacerle un nidito a Angela en tu corazón.
Me alegra muchisimo que te haya gustado, al igual que yo disfruté del film. Al parecer haces parte del equipo de realización del film, o me equivoco?, Si es así, permiteme reiterar mis felicitaciones. Ojalá continuen produciendo films asi en Colombia. Gracias por leerme.
Es raro pero salí de la sala con una sensación extraña. La película es de una factura impresionante y las actuaciones son excelentes. Soy admiradora de Jorge Navas, a quien considero el director del mejor cortometraje colombiano "Alguien mató algo". Gloria está hermosa, Kike está soberbio, pero la historia no me gustó mucho. Estoy que me la repito pronto para poder dar una mejor opinión, pero esperaba más.
Tú mencionas Leaving Las Vegas y tiene el mismo aire, pero en comparación con ésta, allá los personajes eligen su destino, casi que lo buscan; en La Sangre y la Lluvia son llevados por otros, acorralados y esto es molesto. Uno sufre mucho viéndolos, porque sabe que no es su decisión.
Buena reseña, muy evocadora. Lo que dices del personaje de Ángela es muy acertado.
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