Hace una semana ya, tuve
el privilegio de ver Oz El Poderoso en
premier en Colombia en el Festival Internacional de Cine de Cartagena. Fui con
elevadas expectativas, pero desafortunadamente el filme me decepcionó en
algunos aspectos, aunque en otros me deslumbró.
Esta recreación
cinematográfica dirigida por Sam Raimi –el mismo director de la trilogía de El Hombre Araña-, se presenta como una
precuela de los libros de L. Frank Baum, quien fuera el creador del mundo de Oz.
En el año 1900 se publicó el primer libro
El Maravilloso Mago de Oz y de ahí le subsiguieron 13 novelas más
enmarcadas en el mismo universo. Así que
la historia narra los hechos del mago de Oz u Oscar Diggs, un mago anodino que
reside en la polvorienta ciudad de Kansas y que por azares del destino llega a
la tierra de Oz, transportado por un globo aerostático de helio donde se
encuentra con una serie de personajes inusuales.
Ahora, el comienzo de la película es interesante ya
que abre con el formato 1:33 en blanco y
negro, es decir, pantalla cuadrada, como se utilizó en el cine hasta el año 1953,
cuando apareció el Cinemascope –sistema de filmación que utiliza mayor amplitud
en las imágenes-, el mismo formato que se utilizó con la película ganadora del
Óscar en el año 2012, El Artista. Y
además, tal vez para emular el método de la versión de culto, El Mago de Oz del año 1939 dirigido por el
afamado Victor Fleming – Lo que el viento
se llevó-, quien también utilizó secuencias iniciales y de cierre en blanco
y negro teñidas de color sepia. Raimi empleó dichas escenas que se asemejan a
la original a pesar de las restricciones legales de cualquier posible parecido
en ambas producciones, que se le establecieron antes de iniciar la filmación. Ésta diferencia entre la ciudad en la que habita que es un “mundo duocolor”, se transforma en un perfecto uso de la
colorimetría en cuanto Oscar llega a la tierra de Oz, y la pantalla se
transforma gradualmente a color en el actual formato de 16:9 de pantalla
panorámica.
Lo
que llama mayormente la atención es el estilo de prestidigitación engañosa que
vemos en las presentaciones de Oscar con trucos sonoros fáciles asistido por el
comediante Zach Braff, quien debió haber tenido más líneas en el filme.
Varios colores se imponen con mucha fiereza visual
deslumbrante: Para Mila Kunis, quien da vida a la atormentada joven bruja
Theodora, se le ha designado el rojo; a Rachel
Weisz en el papel de la hermana mayor, Evanora, se le otorgó el verde por ser la
bruja que gobierna Ciudad Esmeralda; y Michelle Williams quien da vida a Glinda,
la bruja buena, obviamente, el blanco de la pureza. Y si tenemos en cuenta las
interpretaciones quedan muy de estilo cartoon, porque representan la
bondad/maldad sin tonos grises. Además de que las actuaciones tanto de Kunis
como de Williams dejan mucho que desear. Kunis plantea un buen inicio, pero la
segunda parte de su personaje es de muy baja calidad. Williams aparece
simplemente correcta, sin nada nuevo que ofrecer que no hayamos visto
en sus anteriores personajes. La única que en mi opinión sale bien librada es
Weisz y no precisamente por los diálogos.
El punto más débil de Oz El Poderoso reside en dos elementos: en las actuaciones y en el
guion. La historia es simple y predictiva. Y el actor principal, James Franco, tiene una
descomunal ausencia de carisma y sentido del humor que lo impide transitar
tanto libre como rápidamente del humor al drama sin que se sienta forzado. Una
estrella como Johnny Depp o Robert Downey Jr –quien fue seleccionado para el
rol en primera instancia-, habría encajado mucho más en ésta colorida adaptación
contemporánea de El Mago de Oz. Y a
pesar de que la película fue rodada en conjunto entre sets de locación creados
y pantalla verde, el CGI es más que
obvio, por lo tanto la necesidad del casting de un actor con una enérgica
capacidad de imaginación era crucial para la historia.
Por ello, mucho del peso actoral –quien lo creyera-
recae en dos personajes hechos enteramente por CGI: el mono Finley y la niña de
porcelana. Estas dos figuras representan una buena porción de la chispa y la
ternura respectivamente, del relato.
De los elementos más sobresalientes en la historia
está la fotografía, sobre todo en la recreación del famoso “Camino Amarillo”,
entre otras tomas y, aunque el CGI es más que evidente, ésto parece ser una
intención del director. Y a sabiendas, además de que comparten productores con Alicia en el País de las Maravillas, ya
podemos saber la razón del parecido. Otro elemento llamativo es el brillante y luminoso
logotipo en el que Oz está representado por un anillo de oro, que representa el
botín que Oscar Diggs -o Oz- podría obtener en caso de que venza a la bruja malvada. De ahí, en
adelante todo el arte de la película es deslumbrante.
Burbujas gigantes de aire, bestias, un mono dicharachero
con alas y una tierna muñeca de porcelana componen en síntesis gran parte de la
magia del mundo de Oz. Son ellos quienes transformarán a un mago de segunda en
un hombre recto y capaz de reinar en este nuevo paisaje.
Escena
para no perderse: Las secuencias iniciales de blanco y negro que dan paso gradual al color.
Mi
Recomendación: No vaya con altas expectativas. Y deléitese con el CGI. No espere buenas
actuaciones, ni la gran pieza de arte y diviértase como un niño simplemente, de
otra forma, saldrá de la sala de cine gravemente decepcionado.
1 comentarios:
La película el Mago de Oz tiene grandes momentos, es divertida y su elenco es genial
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