OBSESIONES

Reseñas de cine con carácter crítico.



Dicen por ahí que entre más “amigos” tenemos en Facebook menos poseemos en la que denominamos como “vida real”.


Desde que vi el anuncio de este filme supe que debía concentrarme en la historia de una página que ha absorbido muchas horas de mi vida. Lo confieso. He dejado el cigarrillo, renuncié a Formspring y Twitter, pero me es imposible dejar Facebook. Gracias Mark Zuckerberg, You Fucked my life!!!


Es interesante el inicio de este filme que da a entender que esta página comienza por la necesidad absurda que tenemos los seres humanos, las que denominamos las tres A’s: atención, aceptación, aprobación. Presentamos una lucha interna por ser escuchados, cuando no tenemos nada que hacer o nadie con quien hablar –físicamente-, recurrimos a una página en la que en la que nos reunimos varios seres que conocemos una vez en la vida y que probablemente no volveremos a ver.
Necesitamos que sepan de nosotros. Y este es el comienzo de Zuckerberg, a quien su elevado coeficiente intelectual le conduce a ser el multimillonario más joven de la historia, pero a quien al mismo tiempo su pobre inteligencia emocional no le proporciona lo necesario para ser ingresado en una fraternidad o club social en la Universidad de Harvard.


Y otra vez entra a debatir esta discusión por la inteligencia emocional y la racional. Un “cerebrito” de Harvard crea una red social. Y al final de no ser aceptado dentro de clubes crea una red de más de 500 millones de amigos. Dime, Daniel Goleman, ¿que pasó aquí?


Grosso modo, David Fincher, quien nos ha acostumbrado a lados oscuros del ser humano –los más divertidos y a la vez complejos de explorar-, en filmes como el Club de la Pelea, Seven, Zodiac, maneja de manera excelsa una línea argumental muy simple que si hubiese sido tomada por otro director con menos atención hacia lo humano, la habría destrozado completamente.
Además del manejo de la línea argumental, sumada a una composición musical de Trent Reznor muy selecta, que pareciera que es casi invisible, pero que le añade cierto sabor oscuro a la cinta, se destaca el ensamblaje actoral.


Excelentes interpretaciones, liderada por el brillante casting de Jesse Eisenberg, -Zombieland-, en el personaje principal que físicamente es muy parecido al original Zuckerberg, tanto en la expresión oral como en la corporal.


Un perfecto filme que tendrá muchos adeptos para tanto los militantes como los detractores de las redes sociales, mientras Fincher se anota varios puntos rasgando no solo la superficie sino uno de las tramas más atrayentes en medio del siglo XXI: cómo volvernos más sociales sin volvernos asociales. Uno de los grandes conceptos que parece resurgir una vez más desde que el filósofo canadiense Marshall McLuhan lo pronosticara en el concepto de Aldea Global.


Un filme que más que mostrar el nacimiento de una red social señala de manera cruda como la ambición llega a límites imaginables, y como lo que comienza como una idea sencilla llegó a reportar una fortuna para el joven Zuckerberg.


Escena para no perderse: la primera donde el personaje principal manifiesta la razón que lo motiva a crear Facebook.


Mi recomendación: La película puede ser algo extensa para quienes no están acostumbrados a las biografías. Así que limítese a disfrutar los diálogos y los personajes.

2 comentarios:

Mike Lee dijo...

Peliculón, de mis favoritas entre las que se han estrenado este año.

¡Saludos!

Dialoguista dijo...

Muy buena reseña Caro, genial!!! Y tenés toda la razón, con otro director quizá corríamos el riesgo de que la peli se arruine. Lo humano esta, mucho, pero de la manera en que esta en las redes sociales. ;D
¿Qué diría Goleman? buena pregunta. Supongo que esto funcionó por necesidad de todos, la fama atrae la fama, y la gente a la gente. El centímetro con el que se mide lo admirable, a veces es muy caprichoso ;D
Hacía rato que no venía por acá, me quedó leyendo un rato.

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