Es
importante recalcar la relación entre ambas religiones, que parecen tener
varios puntos en común. El proceso llamado “auditoria” en Cienciología es
utilizado en el filme cuando Dodd, le realiza una serie de preguntas a Freddy
Quell –interpretado por Joaquin Phoenix- destinadas a encontrar experiencias
traumáticas de la infancia o de su vida en general.
Habiendo
aclarado esto, una de las mayores fortalezas del filme reside en las grandes
interpretaciones de sus personajes principales, Joaquin Phoenix y Phillip
Seymour Hoffman, quienes mantienen el contrapeso del reparto coral, llegando a
compartir tanto tiempo en la pantalla que se confunden entre co-protagonistas,
más que principal Vs secundario. Ambas actuaciones son magistrales por donde se
les mire. La corporalidad y gestualidad de Phoenix son únicas, éste luce una
postura encorvada, con muchas libras de menos, y su rostro, visiblemente
descompuesto por todas las desavenencias en los últimos años. De la misma
forma, Amy Adams, como la esposa más reciente de Dodd, es correcta en su rol.
La interconexión un tanto caótica de las tres cabezas visibles conforman gran
parte del discurso central, al darle cabida a Phoenix como el hombre que “hay
que reparar”, haciendo énfasis en lo que ésta práctica puede hacer por el para
transformarlo como un ser libre de traumas y poder generarle así, un
empoderamiento hacia su propia vida.
La
película abre con una hermosa escena en el mar, donde se puede apreciar la
cinematografía del filme, que fue rodado en 65 mm, -lo que no se había hecho
desde el año 1996-, acompañada de un solo de un tambor como música incidental. Y
se expone la relación de Freddy Quell en continuos flashbacks de su vida como
marinero.
Pero finalmente, el filme es un poco dubitativo en demostrar claramente a “la causa”, como una religión formal y asequible, me imagino que tal vez, fue con el claro motivo de exponer y abrirse hacia los conceptos de la religión, más el filme en sí no fue concebido como un panfleto propagandístico para motivar a la conversión hacia dicho culto.
Las
usuales tomas largas de Anderson toman presencia, generalmente en las
“interrogaciones” de Dodd hacia Freddy, y en especial, un travelling cuando
ambos montan una motocicleta en un ejercicio de “elegir un punto” e ir tan
rápido como se pueda.
Como dato curioso, Hoffman es el actor que más reincide en las producciones de Anderson, habiendo trabajado en todas ellas a excepción de There will be blood.
Las
razones por las cuales este filme ha tenido una proyección limitada en los
cines de Estados Unidos, puede deberse a que no es un filme dirigido hacia todo
tipo de público, puede que los cienciologos se sientan más identificados con la
exposición de estos métodos así sea como para encontrar similitudes entre ambas,
más que una intencionada versión del movimiento creado por L Ron Hubbard y
expuesto en sus libros de Dianética. En el filme podría haber relación con el
llamado “Libro Dos” de Dodd y éste libro.
Finalmente,
puedo concluir que tanto su fotografía, como su producción e interpretaciones
están a la altura de los Oscares, pero es muy posible que no haya sido elogiada
como un todo, precisamente porque falla en establecer a “la causa” como una
religión en su libreto, y para nosotros quienes no estamos muy familiarizados
con el tema de la Cienciología, su técnica nos puede parecer más como prácticas
de psiquiatría o psicología, que como la iniciación de una religión, muy a
pesar de los esfuerzos titánicos de Dodd por instituirla de manera oficial.
Escena para no
perderse: La de la
motocicleta, la disputa entre Freddie como fotógrafo y su cliente.
Mi recomendación: No es para todo tipo de público. Si
quiere comprenderla más allá lea un poco sobre Cienciología.
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