Para
nosotros, los admiradores incansables de Tarantino, nos genera una gran
satisfacción ver Django Unchained
porque al pasar de los años, Quentin se ha convertido en una marca singular,
excéntrica y a momentos pintoresca en la industria cinematográfica que lo
distingue al resto de cineastas.
Django Unchained es un spaghetti western sangriento
modernizado de cara al año 2012, pero el gore aquí está al servicio del guión y
no en detrimento de éste. Con un libreto bastante fortalecido, claro merecedor
al Globo de Oro obtenido, encuentra su mayor fortaleza en la brillante estética
de su fotografía y en un complejo
actoral altamente seleccionado que hace que las casi tres horas de su metraje
pasen casi que a la velocidad de la luz.
Y por supuesto, la inclusión de un rap como 100 Black Coffins representa una
variación jocosa del género, pero éste es un hecho del cual, únicamente alguien
como Tarantino puede salir bien librado. Desde el principio en la introducción
de los créditos rojizos y la inclusión del logo de Columbia Pictures muy al
estilo de los inicios de los años 70, -cuando Columbia era representada con una
figura más curvilínea con la forma de una botella de Coca-Cola- presenciamos su
marca registrada.
Sus innumerables detalles hacen que sea
necesario más de un visionado, como por ejemplo , cuando el personaje de Christoph Waltz se
sirve la cerveza y enfocan en un primer
plano que genera una momentánea desviación de la atención hacia esto, que bien
otro director los dejaría pasar pero que Tarantino los sabe utilizar para
absorber mayor observación del espectador, su esmero por los alimentos ya se
había visto en el postre de "Bastardos sin gloria", precisamente
una escena entre Waltz y Shoshana, la forma de servir en la mesa de las mujeres
al compás con la canción Ancora Qui
de fondo, cuando
uno de los hermanos Brittle cae sobre un cultivo de algodón y su sangre pinta
una parte del cultivo. Los exquisitos cameos de Franco Nero y Jonah Hill, entre
otros, representan las delicias para los géneros del Western clásico y de la
comedia respectivamente. Tarantino sabe como nadie convertir un espectáculo
sangriento en un festín visual estimulante e irónicamente lleno de una gran
jolgorio para el espectador.
La exquisita
inversión de los roles de bondad/maldad representados usualmente por sus
actores Leonardo DiCaprio y Christoph Waltz hacen las delicias en esta historia
con una línea central acerca de la esclavitud, la venganza y la redención. Jamie
Foxx, quien había tenido un gran reconocimiento por el filme Ray, se apropia de su rol y ejerce una
excelente entremezcla entre el drama y el humor, lo que confirma una vez más,
la excelente dirección de actores de Tarantino.
La esclavitud es una de las líneas centrales más
llamativas del guión, de hecho, representa la columna vertebral de la historia.
Y es por ello que llama la atención que la palabra Nigger –negro en español, es
una jerga ofensiva en los Estados Unidos-, sea repetitiva durante todo el
metraje, lo que le otorga una preocupación mayor al guión sobre las diferencias
raciales. La frenología, como ciencia que supuestamente verifica la sumisión de
ciertas razas bajo otras, durante el monologo de Di Caprio, es terriblemente
detestable, pero sirve al propósito en el cual está dirigida la escena: crear
provocación e intimidación hacia sus nuevos comensales.
Sin duda alguna, esta es una pieza de arte que hay que
ver más de una vez, a pesar de su extenso metraje, porque con los miles de
detales que tiene para ser explorada, es un filme que debe ser visto desde
múltiples ángulos.
Escena
para no perderse: Todas. En especial la de las bolsas en la cabeza y
los hombres de Big Daddy a caballo.
Mi
recomendación: No se pierda de esta obra de Tarantino en
pantalla grande!!!
1 comentarios:
Me encantó Django Unchained esa escena del KKK es de las mejores, rei horas, es lo mejor de Tarantino mezcla comedia, drama, acción en un solo filme y lo hace de forma fantástica.
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