OBSESIONES

Reseñas de cine con carácter crítico.

6/19/2010

CARTA A SARAMAGO

Publicado por Carolina Pardo Delgado |



Interrumpo la emisión cinéfila de mi blog para escribirte, porque lo admito, una lágrima se escapó de mis ojos el día de ayer, cuando escribía una nota acerca de la adaptación de tu libro Ensayo sobre la ceguera mientras había mucha gente a mi alrededor, y lamento decirte que me deshice rápidamente de ella, porque no sabía por qué sucedía.


Hoy, pensé en ti antes de irme a dormir. Y esta carta es para agradecerte profundamente que existieras. Que lucharas intensamente por cumplir tu Dharma o propósito final en la vida.

Empecé tu lectura como le sucede a las relaciones sentimentales de hoy en día, que comienzan por el final, y terminan precisamente, por el principio. Tu novela Caín llegó a mi como me sucede siempre, por azares extraños del destino. Y con ella, quise cuestionarme aquello a lo que más le temí: mi fe ciega en Dios. Porque para revisar algo tan abstracto hay que verlo desde varios puntos de vista.

Gracias profundas por ser mi mentor sin que lo hubieses intuido. Por enseñarme a ver más allá de la infructuosamente denominada “realidad”. Por dejarme saber que los signos de puntuación no eran tan necesarios para ti. Porque pudiste llegar a mi, aunque no habláramos el mismo idioma. Por enseñarme que los nombres que se les colocan a los personajes, no tiene ni mayor ni menor relevancia dentro de una novela. Por enseñarme que la sociedad necesita que se le remueva esa ceguera que no nos deja ver lo que realmente somos. Por dejarme saber que el lenguaje tiene más de las mil palabras que usamos usualmente. Por reírte a carcajadas de la absurda y temiblemente frágil condición humana. Y sobre todo, por dejarme llevar a cabo una concienzuda introspección hacia lo que consideraba como urgente y primario en vida, que realmente no lo es. Gracias finalmente, por abrirme los ojos.

Aún me quedan varios libros por leer, estoy en la mitad de tu Ensayo sobre la lucidez. Ya te haré saber mediante otra carta cómo me va…


¿Qué diablos de Dios es este quien te recibirá en las puertas del cielo, a pesar de que cuestionaste fuertemente su existencia?


Nos veremos algún día, pero no todavía. No todavía.


Mi más profunda admiración va para ti.


Abrazos,


Carolina.

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