Debo empezar por decir que al final, entendí menos de lo que entendí al principio. Esta es una adaptación de los hermanos Wachowski junto a Tom Tykwer en la dirección, reconocidos mundialmente por ser los creadores de Matrix, -ya de ahí se intuye lo que se va a ver-, de un libro escrito por el británico David Mitchell que consiste en seis historias narradas tanto geográficamente como en tiempos distintos, desde el siglo XIX hasta un futuro post apocalíptico en el 2.144 (ya empezaron a extender la fecha de los carros voladores).

Estas seis historias están supuestamente interconectadas entre sí, y no sabría decir si es un error en la escritura del libro o de la adaptación, o de la puesta en escena, pero la interconexión de la historias termina por ser mucho menos que inverosímil. Por lo menos, en relatos como Babel o Amores Perros, se llega un momento en que todo se ensambla, pero aquí, creo que entre más avanza la historia menos se logra captar lo que los autores y directores quisieron expresar. Ahora, puede que muchos de esos fallos residan en la edición del filme. Porque cada una de las historias puede que funcionen de manera unitaria, -incluso me atrevería a apostar por la de Somni 451 y Hae joo chang, una pareja muy extraña al principio, pero que luego tienen una excelente evolución, ayudados, claro está, por los efectos especiales-, en cambio, me atrevería a decir que la falta de química entre Tom Hanks y Halle Berry es insoportable hasta el hartazgo, muy a pesar por los intentos de inyectarle una dosis de pasión inexistente.
Llama la atención que la revista Time haya elegido a esta
película como “la peor del 2012”, al mismo tiempo que es nominada al Globo de
Oro en la categoría de Mejor película de drama. Esperemos a ver que dicen los
integrantes de la Academia de los Oscares.
Dueño de un metraje absurdo para su calidad, - casi tres
horas-, este filme falla en que no se siente como un todo, sino como un
conjunto de pedazos agregados que no encajan, y que, por mucho que
su complejo actoral sea de primera línea, y los múltiples roles otorgados
causen una curiosidad extrema en el espectador, termina por parecer un
pastiche, entre la conjunción de tanto género fílmico que nunca termina por cohesionar.
Puede que haga gala de una
puesta en escena muy audaz, sobre todo en el mundo apocalíptico, pero la
aproximación a la narrativa es escasa, y hace que el espectador se pierda
constantemente entre una historia y la otra, lo que la hace parecer como un
proyecto inacabado y desacertado. Y
líneas un tanto postmodernas, muy de la nueva era, ligados a la palabra “Esperanza”
que fue muy redundante en los informerciales políticos el día de la elección de
Obama, razón por la cual veo que gran parte del cine Hollywoodense de finales
del 2.012 e inicios del 2.013, se está yendo por esta línea de la estimulación
hacia buenos valores, líneas como “Nuestras vidas no nos pertenecen, estamos
ligados a otros en el presente, pasado y futuro” y con “Con cada gesto amable
forjamos nuestro futuro”, no llegan a calar de manera profunda en el
espectador, precisamente porque la historia en sí misma no llega a afectar o a mover
fibras internas, tanto como nos muestra el tráiler. La premisa acerca de la
interconexión del ser humano a través de diferentes épocas y raciocinios no
llega al nivel de aprehensión como se supone que debiera. Y la época futurista en Seul, Corea, -aparte
del puente improvisado- no introduce nuevos elementos en los efectos especiales
que no se hayan visto en la última década.
Sobresale Jim Sturgess, de
21 Black Jack, One Day, un actor con
la presencia física, carisma y sentido de la verdad necesario como para seducir
en este filme.
Sinopsis: “El relato se
abre en 1850 con el regreso del notario estadounidense Adam Ewing desde las
islas Chatham a su California natal. Durante el viaje, Ewing traba amistad con
un médico, el doctor Goose, que comienza a tratarle de una extraña enfermedad
causada por un parásito cerebral. Repentinamente, la acción se traslada a 1931
en Bélgica, donde Robert Frobisher, un compositor bisexual que ha sido
desheredado, se introduce en el hogar de un artista enfermizo, su seductora
esposa y su núbil hija. De ahí saltamos a la Costa Oeste en la década de los
setenta, cuando Luisa Rey destapa una red de avaricia y crimen que pone en
peligro su vida... Y, del mismo modo, con idéntica maestría, viajamos a la
ignominiosa Inglaterra de nuestros días, a un superestado coreano del futuro
próximo regido por un capitalismo desbocado y, finalmente, a Hawai, a una Edad
de Hierro post-apocalíptica que corresponde a los últimos días de la historia”.
Escena
para no perderse: El puente de escapatoria de hae Joo Chang
(Jim Sturgess) y uno que otro momento de Tom Hanks.
Mi
recomendación: Si no disfruta de los flashbacks y
flashforwards repetitivos en una historia, no intentar su visionado. Y no
espere mucho del filme. Pero, sobre todo, felicítese si entiende al final. Véala
en el extremo caso de curiosidad.