Es de esperarse, dada nuestra condición humana que nuestros valores sean más elevados que el de un animal. Pero en tanto nos enfrentamos a este filme, esa obviedad queda en discusión. Que es un animal entrenado. Que la dirección, edición y demás funciones técnicas lo convierten en la estrella que es. Obvio. Pero puede que esto termine de dar prueba que algunos animales hacen gala de mayor nobleza que el ser humano.
El protagonista de esta historia es el hilo conductor de varias historias entrelazadas, es un animal brioso, testarudo y noble que cabalga sin rumbo fijo, pero que tiene un destino marcado, por no decir varios.
Una altamente pronosticada nominación al Oscar a mejor película fue el motivo principal que me guio a verla. Además del sello de Steven Spielberg por lo que cine de autor y una clara denuncia al maltrato animal se conjugan para subrayar el horror de la guerra.
Un factor que llama la atención sobre el filme es precisamente que en temática de guerra de época los caballos son estipulados como meros medios de transporte, y en ésta los humanos tienen un plano determinante sobre la historia, pero no definitivo. Sus vidas son tocadas cual de una vara mágica se tratara por los encantos de Joey. Porque pareciera que su destino es este y no otro: ir por la tierra desafiando el odio/amor de sus amos que pende de un hilo.
Este melodrama con más respiros jocosos de los esperados, le otorgan una calidad más familiar al relato. La simplicidad de la historia al señalar la Primera Guerra Mundial como un discurso doloroso, presente, aunque soslayado, terminan configurándose en un motivo para demostrar la valentía del animal.
La deslumbrante fotografía naranja hacia el final de la narración, es una clara oda a los westerns, y en general, la naturaleza es coloreada con claros tintes impresionistas y en su narrativa puede que contenga varios clichés emocionales, que aunque no logran exudar del todo una lágrima, por lo menos crea un claro nudo en la garganta. El claro antropomorfismo propio de los discursos infantiles se ve exaltado, entre otros aspectos, en un uso casi imperceptible del CGI en los ojos de Joey.
Y a pesar de que Spielberg elige actores en su mayoría desconocidos, aparte de Emily Watson, para generar precisamente, mayor interés en la historia, y esquivando a los altibajos del coprotagonista –Albert- ayudado por la edición, el complejo actoral está en el nivel prudente como para realizar la conexión necesaria con el espectador. Celine Buckens –la niña Emilie- asombra con una lágrima y una mirada perdida hacia el infinito por la pérdida de sus padres, control emocional que cualquier actor adulto podría envidiar.
Puede que la narrativa antigua no cale en la mente de algunos espectadores, pero el sentimentalismo exacerbado no deja indiferente, y la grandilocuencia en la dirección asombra en la maestría técnica, la dirección de actores, el entrenamiento equino y sobre todo en la orquestación de todas las áreas dejando como resultado un producto que cumple más allá de sus expectativas.
Escena para no perderse: Absolutamente todas.
Mi recomendación: Si es muy sentimental, diríjase a la sala con un pañuelo.
5 comentarios:
ayyyy veniamos bien hasta tu recomendación final que es lo que me temia!! que fuera muy de llorar. Pero igual también me atrae aun cuando no me gusta mucho las historias con animales de por medio, no me preguntes porque. Te voy a hacer caso y la voy a ver igual.
Pabela, es de llorar siempre y cuando se sea muy sentimental. A mi no me sacó una lágrima pero dio un nudo en la garganta, terrible!!! Igual es un dramedy, tiene muchos respiros que alivianan la carga dramática, precisamente porque está dirigida a un público familiar. Te la recomiendo. Puede que no sea tan impactante como esperas, pero en su conjunto es hermosa!!!
Abrazos y gracias por comentar!
No sé, no sé. Nunca me terminó de llamar la atención esta película, la sinopsis me parece ridícula, entonces no sé qué podría esperar del resultado. Igual pienso verla, Spielberg es Spielberg, eso ya es una marca suficiente, muy a mi pesar y por muy sobrevalorado que me parezca.
Abrazos.
Recordaba que eras la primera crítica que había visto publicada, y quise leerte.
Mencionás dos cosas que quiero destacar. Por un lado, el tono anaranjado final. No lo pensé como referencia al western, pero me encantó. Una elección acertadísima para atar la película. Y por el otro, el tema del entrenamiento del caballo. No es fácil generar tanto a partir de la relación entre un sujeto y un caballo. Pero éste es asombroso, sin lugar a dudas la estrella de la película.
Muy satisfecho con WAR HORSE.
Saludos.
Rodrigo, muchas gracias por acordarte, igual me parece que ha sido tenaz que la hayan dejado por fuera del gremio de la fotografía, porque es excelente. Estamos de acuerdo. Hay un gran entrenamiento equino, pero también hay un buen poder técnico que lo acompaña, es un conjunto que funciona. Igualmente satisfecha. Y abrazos gigantes!!!
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