Tal como cuando una persona genera posiciones radicales debido a su excéntrica forma de ser, es decir, que logra ser amada u odiada en su máximo exponente es como auguro o ratifico que puedan estar apreciando este filme quienes lo vean en un futuro o lo hayan visto. Una visión tan disímil como unísona que podrá ir generando ya sea buenos consensos o terribles disparidades.
Y tengo que advertir que su elevado contenido sexual (no solo a copular me refiero), puede que interfiera con el visionado para algunos puristas o religiosos extremistas. Tanto, que por momentos me sentí viendo un filme pornográfico con diálogos inteligentes.
Y como para amar algo hay que conocerlo, (es irrisorio tener sentimientos por lo que sea sin esta condición) temo que sea entendida solo por quienes han tenido la fortuna de revisar la filmografía de Pedro Almodóvar, ya que viene siendo, -me atrevo a afirmar- una especie de conjunción entre “Átame” y “La mala educación”, de las cuales extiende algunos elementos.
Componentes como el indispensable color rojo, línea argumental melodramática en exceso, una dirección de arte que a cualquier persona de extrema sensiblería fácilmente le provocaría un orgasmo visual, un guión que poco más o poco menos parece ser traído de los cabellos, pero que va relacionado con la personalidad retorcida del genio Almodóvar, conforman sus percepciones maduras de la vida.
Un filme que combina varios géneros, pero que en últimas se va quedando en medio del Horror, como protagonistas, un científico loco con un plan macabro, una mujer captiva con cierto síndrome de Estocolmo enrollados en una claramente desviada atracción sexual psicótica. Como plato fuerte, la química entre Antonio Banderas y Elena Anaya que por momentos es ausente, pero que se retoma en otros.
Roberto, el cirujano maquiavélico de la historia, ejerce una dominación sobre todos los personajes de la misma. Aunque en el fondo no siente nada por ninguno, ellos representan los medios para satisfacer su obsesión de crear una piel única en su especie. Una especie de Victor Frankestein postmoderno, un tanto lujurioso –extraña e hilarante combinación- que termina por confundir el orgullo de su creación por atracción física junto a cuotas exacerbadas de erotismo.
Estas y otras perversiones de índole psicológicas y sexuales, que esta vez extraviaron el romance serán reiterativas durante las casi dos horas de metraje, así que si no está cómodo con estas situaciones es mejor que se abstenga de su visionado.
A resaltar ampliamente el diseño de producción de la obra en su totalidad, la restricción directiva de Almodóvar que va guiado a formar un equilibro ante las actuaciones desmedidas de sus personajes, incluyendo a la actriz Marisa Paredes – la reina por excelencia en la desmesura, - y su línea en el filme un tanto risible, “… llevo la locura en mis entrañas”. Los constantes fetiches de su director como la obsesión, belleza, la locura, venganza, sexo y pasión, aparecen una vez más en este thriller, melodrama horrorífico que toma lugar en una mansión solitaria.
Ciertas simbologías recurrentes le otorgan riqueza como la figura fálica, que se puede apreciar en la máscara que utiliza la protagonista en el poster central, un maniquí que avanza en la calidad de su elaboración – de paja y medio vestido a un exquisito atuendo rojo con collar- invita a pensar en una transición de la protagonista. Y un posible símbolo Ying-Yang que se forma en el rostro de ésta mientras dibuja sombras y luces. Un libro de Louis Bourgeois –escultora francesa fallecida el año pasado- y varias esculturas semejantes a su obra son manipuladas por Vera-la protagonista- , las constantes de Bourgeois, la utilización del cuerpo femenino como objeto, la sexualidad, trauma y alienación parecen entremezclarse con perfección a lo que desea expresar Almodóvar. Vera observa en la televisión una escultura de título “Siete en la cama”. Asimismo, el sentido de querer poseer al “ser amado”, tras ser espiado a través de una pantalla, ya lo habíamos visto en “Los Abrazos Rotos”.
La riqueza artística no es opacada por la historia que bien no tendrá cabida en muchos espectadores que estén cerrados a diferentes formas de expresar sexualidad en el ser humano. Y a pesar de que tuve que tomar cierto tiempo para digerirla después de quedar en un ligero choque mental, aplaudo el regreso maquiavélico de Banderas al cine español que le cae como anillo al dedo.
Escena para no perderse: Absolutamente todas.
Mi recomendación: Por su alto contenido sexual, abstenerse menores de edad, puristas, religiosos extremistas, o personas sensibles a altas dosis de horror psicológico.
6 comentarios:
Muy buena crítica!!! eso si, yo no le veo tanto el alto contenido erótico. jajaja, si en cambio, sexual. Pero más que atracción veo perversión en todo sentido. Creo que esta muy narrado, aún siendo inverosimil, uno sigue el juego. "7 en la cama" no recordaba ese detalle, y a decir verdad, me hiciste poner a contar, y si, efectivamente, son 7 personas. :S
Me sigue gustando la forma de decir de Almodovar, controvertida pero con sentido.
Abrazo Caro!!!
Muchas gracias Dialoguista, a mi también me parece que ese guión estuvo muy traído de los cabellos. La de "siete en la cama" es una escultura de Bourgeois, ese es el título de su obra. A mi también me gusta Almodóver, creo que le vamos perdonando por eso los desaciertos que no son muchos entre tanto filme exquisito que tiene. Abrazo para ti igualmente!
Si bien 'La Piel Que Habito' está encasillada dentro del género de horror/suspenso, no hay gritos, ni sangre por doquier. Creo que el horror es más implicito, es frio en la piel está en la sutil perversidad con que se transforma a Vicente en Vera.
No me había percatado de los datos que dices, como el simbolismo del poster. Muy interesante.
¡Viva Pedro! Que genio.
Saludos.
Me abstengo de leer tu reseña, pues al parecer es una película complicada y prefiero no saber mucho antes de verla, pero confío en tu criterio como aliciente para visionarla lo más rápido posible. Almodóvar siempre trae algo fascinante, espero esta vez también lo sea. Saludos.
Gabo, que no andes tirando spoilers por ahi... ;-D Estás en lo cierto con lo del horror. Pues hay más simbolismos, estoy segura, me tomaría otra mirada para ir descubriendolos.
Carlos, aunque no la leas gracias por confiar en mi criterio, espero que me cuentes como te pareció cuando la veas. Un abrazo!
No la ví pero tu review (junto al de Patricia Relats) me empujan a verla pronto. Lindo enfoque para el público potencial!
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