Si todos tuviéramos acceso a una píldora que nos presionara a utilizar más allá del 20% del cerebro que normalmente se utiliza, la tomaríamos sin ninguna duda. La pregunta estaría aquí: ¿comprometería usted su futura salud por dichas raciones de genialidad?
Hay algo que debo agradecerle a la producción de este filme, entre otros muchos elementos y es el casting de Bradley Cooper y el de un poco agotado, pero siempre preciso, Robert de Niro.
Nada pude disfrutar más que la creación del personaje de Edward Morra, el escritor con problemas de creatividad, en la fase crítica de la inexistencia de la anhelada “musa” y su metamorfosis hacia su lado oscuro, un hombre temiblemente ególatra, que brilla a través de la adictiva pastilla NZT la cual produce una prodigiosa agudeza mental de la cual liberarse le resulta sino imposible, por lo menos insufrible.
Uno que otro ajuste en el guión no le habría caído mal a este thriller, pero como ya estamos acostumbrados a dichos desajustes en las historias terminamos creyéndola entera, sumándole, la carismática presencia de Cooper, agradeciendo, además, una edición y voz en off que cuenta en un ritmo in crescendo y tan vertiginoso, que asemeja a una anterior “Fight Club”, por lo cual no hace sino absorber al espectador y dejarlo sediento y estupefacto.
Neil Burger, su director, quien ya nos había dejado absortos con “El Ilusionista” regresa para que pidamos más minutos de esta droga, un poco más adictiva que la usual carga de NZT del protagonista, refleja además que tiene un pulso excelente para sacar el máximo provecho de sus actores, hasta dejarlos exhaustos, prácticamente rogando.
Burger, igualmente, maneja un exquisito talento técnico en acercamientos y alejamientos de la cámara que lo transfiguran a un excelente festín visual para demostrar la paranoia, en tanto en que ejemplifica magistralmente la forma en como el cerebro produce la creación de alucinaciones como el temible efecto secundario de la pastilla.G
Una unificación entre las múltiples inteligencias del cerebro, de las cuales actualmente se habla de siete clases, es la muestra que Burger junto a Cooper, De Niro y su equipo técnico nos han dejado para analizar, en cuanto como seríamos si utilizáramos todo o si fuera posible, un mayor porcentaje de lo que normalmente se conoce “utilizable”, y así, poder aprender idiomas en un día, aprender a tocar el piano en otro, son sólo un poco de la muestra de lo que podríamos hacer si una droga como NZT existiera.
Escena para no perderse: Absolutamente todas. Especial mención para la escena de las letras desplomando, no hay mejor forma de explicar la creatividad de un escritor!!!
Mi recomendación: No se pierda de esta exquisita pieza de arte.