OBSESIONES

Reseñas de cine con carácter crítico.

2/06/2013

SILVER LININGS PLAYBOOK

Publicado por Carolina Pardo Delgado |



Con el encanto y el carisma de Bradley Cooper y la chispa de su co-protagonista, Jennifer Lawrence, esta comedia romántica, por momentos con sabor a dramedy, que transita entre los peligros de la enfermedad Bipolar, pero que finalmente se detiene en lo light, hace más énfasis en encontrarle el lado positivo a las cosas y en como acoger aquellos momentos de manía con jocosidad. Es por ello, que no podría indicar a este filme como una amplia exposición acerca de la enfermedad en sí, ya que la mira de forma soslayada para explicar la situación actual del personaje que encontramos al comienzo de la película. Se mencionan nombres de medicamentos para este tipo de padecimientos en una breve conversación entre los personajes principales, y en otras en un consultorio médico, pero es tomado de manera burlesca, sin ofender a quienes lo padecen. Es por ello que este filme entra más en la categoría de comedia romántica.

No obstante de lo “superficial” del ahondamiento de las enfermedades de cada quien, entre Patrick – interpretado por Cooper-, un hombre quien acaba de salir de una institución mental y desea rehacer su vida con su esposa, y Tiffany – interpretado por Lawrence- una joven viuda con claros problemas de luto, esta comedia llega más allá, debido a las excelentes interpretaciones del reparto coral entre Cooper quien ha demostrado ser más que una cara bonita, Lawrence, que se probó y saltó a un mayor reconocimiento en Winter’s Bone, y el apoyo de amplia experiencia de veteranos como Jackie Weaver y Robert De Niro, quienes personifican a los padres de Cooper.

Una de las escenas que más llama la atención es cuando Patrick lanza un libro por la ventana. Y Cuando éste se encuentra en el suelo alcanzamos a ver que el título es Adiós a las armas de Ernest Hemingway. De igual forma, Pat les explica la sinopsis a sus padres, y el resto es para ver. No obstante, me parece una interesante inclusión dentro del filme, porque demuestra la pasión de Pat hacia su oficio de maestro y su compromiso con encontrar el lado positivo a las cosas, lo cual es reiterativo en la película. Lo que más gusta de Pat es que podría ser cualquier persona, es un hombre de clase media, simple, con objetivos en la vida estándar y comunes, que debe sortear las provocaciones de su no diagnosticada enfermedad y las presiones de su familia para rehacer su vida.

El guión es bastante simple, sencillo de entender, al igual que el libreto. Lo que más sobresale es la dirección de actores.

Escena para no perderse: El libro volador y la escena del baile, entre muchas otras.

Mi recomendación: Véala tan pronto como pueda, no se arrepentirá.

2/06/2013

THE MASTER

Publicado por Carolina Pardo Delgado |





Inspirado por la Cienciología, Paul Thomas Anderson, su director, encamina este filme hacia la exposición de ciertos métodos que se relacionan con esta  religión. Temas como la regresión, la hipnosis y  la curación de enfermedades a través de procedimientos creados/inventados por Lancaster Dodd –personaje interpretado por Hoffman- son empleados como un paralelo entre la denominada “causa” y la Cienciología. Sin embargo, al final del filme queda la sensación de un vago planteamiento desplegado acerca de las producciones intelectuales de la causa, enfocándose más en la vida de un alcohólico que produce todo tipo de bebidas y en la relación de éste con “El Maestro”, que se denomina a sí mismo en el filme como “un escritor, un doctor, un físico nuclear y un filósofo teórico”.

Es importante recalcar la relación entre ambas religiones, que parecen tener varios puntos en común. El proceso llamado “auditoria” en Cienciología es utilizado en el filme cuando Dodd, le realiza una serie de preguntas a Freddy Quell –interpretado por Joaquin Phoenix- destinadas a encontrar experiencias traumáticas de la infancia o de su vida en general.


Habiendo aclarado esto, una de las mayores fortalezas del filme reside en las grandes interpretaciones de sus personajes principales, Joaquin Phoenix y Phillip Seymour Hoffman, quienes mantienen el contrapeso del reparto coral, llegando a compartir tanto tiempo en la pantalla que se confunden entre co-protagonistas, más que principal Vs secundario. Ambas actuaciones son magistrales por donde se les mire. La corporalidad y gestualidad de Phoenix son únicas, éste luce una postura encorvada, con muchas libras de menos, y su rostro, visiblemente descompuesto por todas las desavenencias en los últimos años. De la misma forma, Amy Adams, como la esposa más reciente de Dodd, es correcta en su rol. La interconexión un tanto caótica de las tres cabezas visibles conforman gran parte del discurso central, al darle cabida a Phoenix como el hombre que “hay que reparar”, haciendo énfasis en lo que ésta práctica puede hacer por el para transformarlo como un ser libre de traumas y poder generarle así, un empoderamiento hacia su propia vida.

La película abre con una hermosa escena en el mar, donde se puede apreciar la cinematografía del filme, que fue rodado en 65 mm, -lo que no se había hecho desde el año 1996-, acompañada de un solo de un tambor como música incidental. Y se expone la relación de Freddy Quell en continuos flashbacks de su vida como marinero.


Pero finalmente, el filme es un poco dubitativo en demostrar claramente a “la causa”, como una religión formal y asequible, me imagino que tal vez, fue con el claro motivo de exponer y abrirse hacia los conceptos de la religión, más el filme en sí no fue concebido como un panfleto propagandístico para motivar a la conversión hacia dicho culto.

Las usuales tomas largas de Anderson toman presencia, generalmente en las “interrogaciones” de Dodd hacia Freddy, y en especial, un travelling cuando ambos montan una motocicleta en un ejercicio de “elegir un punto” e ir tan rápido como se pueda.


Como dato curioso, Hoffman es el actor que más reincide en las producciones de Anderson, habiendo trabajado en todas ellas a excepción de There will be blood.

Las razones por las cuales este filme ha tenido una proyección limitada en los cines de Estados Unidos, puede deberse a que no es un filme dirigido hacia todo tipo de público, puede que los cienciologos se sientan más identificados con la exposición de estos métodos así sea como para encontrar similitudes entre ambas, más que una intencionada versión del movimiento creado por L Ron Hubbard y expuesto en sus libros de Dianética. En el filme podría haber relación con el llamado “Libro Dos” de Dodd y éste libro.


Finalmente, puedo concluir que tanto su fotografía, como su producción e interpretaciones están a la altura de los Oscares, pero es muy posible que no haya sido elogiada como un todo, precisamente porque falla en establecer a “la causa” como una religión en su libreto, y para nosotros quienes no estamos muy familiarizados con el tema de la Cienciología, su técnica nos puede parecer más como prácticas de psiquiatría o psicología, que como la iniciación de una religión, muy a pesar de los esfuerzos titánicos de Dodd por instituirla de manera oficial.

Escena para no perderse: La de la motocicleta, la disputa entre Freddie como fotógrafo y su cliente.

Mi recomendación: No es para todo tipo de público. Si quiere comprenderla más allá lea un poco sobre Cienciología.






Para nosotros, los admiradores incansables de Tarantino, nos genera una gran satisfacción ver Django Unchained porque al pasar de los años, Quentin se ha convertido en una marca singular, excéntrica y a momentos pintoresca en la industria cinematográfica que lo distingue al resto de cineastas.

Django Unchained es un spaghetti western sangriento modernizado de cara al año 2012, pero el gore aquí está al servicio del guión y no en detrimento de éste. Con un libreto bastante fortalecido, claro merecedor al Globo de Oro obtenido, encuentra su mayor fortaleza en la brillante estética de su fotografía  y en un complejo actoral altamente seleccionado que hace que las casi tres horas de su metraje pasen casi que a la velocidad de la luz.

 Y por supuesto, la inclusión de un rap como 100 Black Coffins representa una variación jocosa del género, pero éste es un hecho del cual, únicamente alguien como Tarantino puede salir bien librado. Desde el principio en la introducción de los créditos rojizos y la inclusión del logo de Columbia Pictures muy al estilo de los inicios de los años 70, -cuando Columbia era representada con una figura más curvilínea con la forma de una botella de Coca-Cola- presenciamos su marca registrada.

 Sus innumerables detalles hacen que sea necesario más de un visionado, como por ejemplo , cuando el personaje de Christoph Waltz se sirve la cerveza y enfocan en un  primer plano que genera una momentánea desviación de la atención hacia esto, que bien otro director los dejaría pasar pero que Tarantino los sabe utilizar para absorber mayor observación del espectador, su esmero por los alimentos ya se había visto en  el postre de "Bastardos sin gloria", precisamente una escena entre Waltz y Shoshana,  la forma de servir en la mesa de las mujeres al compás con la canción Ancora Qui de fondo, cuando uno de los hermanos Brittle cae sobre un cultivo de algodón y su sangre pinta una parte del cultivo. Los exquisitos cameos de Franco Nero y Jonah Hill, entre otros, representan las delicias para los géneros del Western clásico y de la comedia respectivamente. Tarantino sabe como nadie convertir un espectáculo sangriento en un festín visual estimulante e irónicamente lleno de una gran jolgorio para el espectador.

 La exquisita inversión de los roles de bondad/maldad representados usualmente por sus actores Leonardo DiCaprio y Christoph Waltz hacen las delicias en esta historia con una línea central acerca de la esclavitud, la venganza y la redención. Jamie Foxx, quien había tenido un gran reconocimiento por el filme Ray, se apropia de su rol y ejerce una excelente entremezcla entre el drama y el humor, lo que confirma una vez más, la excelente dirección de actores de Tarantino.

La esclavitud es una de las líneas centrales más llamativas del guión, de hecho, representa la columna vertebral de la historia. Y es por ello que llama la atención que la palabra Nigger –negro en español, es una jerga ofensiva en los Estados Unidos-, sea repetitiva durante todo el metraje, lo que le otorga una preocupación mayor al guión sobre las diferencias raciales. La frenología, como ciencia que supuestamente verifica la sumisión de ciertas razas bajo otras, durante el monologo de Di Caprio, es terriblemente detestable, pero sirve al propósito en el cual está dirigida la escena: crear provocación e intimidación hacia sus nuevos comensales.

Sin duda alguna, esta es una pieza de arte que hay que ver más de una vez, a pesar de su extenso metraje, porque con los miles de detales que tiene para ser explorada, es un filme que debe ser visto desde múltiples ángulos.


Escena para no perderse: Todas. En especial la de las bolsas en la cabeza y los hombres de Big Daddy a caballo.

Mi recomendación: No se pierda de esta obra de Tarantino en pantalla grande!!!


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