OBSESIONES

Reseñas de cine con carácter crítico.




Qué tanto asco nos puede llegar a producir la corrupción política que muy bien parece haberse apegado a aquello de que “el fin justifica los medios”, es la premisa central de esta historia que aunque no revela más allá de lo que promete, por lo menos sienta las bases para inmiscuirse en las trastiendas de la más cruda ambición.

Ryan Gosling, secretario de prensa del gobernador es un feroz idealista que dejaría de lado a quien fuera que entorpeciera su camino, y quien en plenas elecciones primarias presidenciales entrará con bombos y platillos en medio de un enérgico escándalo que pone a prueba sus ya de por sí, escasos valores morales.

Y muy a pesar de su narración lenta, justo después de los primeros cuarenta minutos, cuando se siente que la historia no va para ningún lado, toma fuerza y nos sacude emocionalmente de tal manera que empezamos a verla con otros ojos. Un escándalo está a punto de salir a luz y Gosling hace lo suyo para tratar de “arreglar” el asunto. Pero como buen joven inexperimentado, les ha entregado la carnada perfecta para los grandes tiburones que merodean a su alrededor dispuestos a atacar.

Para aquellos quienes deseen revisar el tráiler para elegir entre verla o no, éste parece no decir nada y todo a la vez. Porque precisamente los puntos claves más celestiales del filme radican en lo innombrable, en lo inmostrable, en lo inexplicable. (Tendrán que verlo por ustedes mismos)

Sentarse por cuarta vez en la silla de director le debe presuponer un gran goce a Clooney quien después de haber “sudado la camiseta” como actor, se le ve que nada en aguas totalmente conocidas.

La razón de éxito de Clooney: ha elegido una historia profundamente sarcástica que raya en el más absurdo de los cinismos y que eleva las disquisiciones profundas acerca de la corrupción, eligiendo un excelso complejo actoral para proporcionarle un exquisito aderezo: Ryan Gosling, Phillip Seymour Hoffman, Paul Giamatti y Marissa Tomei. Y es en estas poderosas actuaciones con las que su bajo presupuesto experimenta el más superlativo de los clímax.

Y como tenemos conocimiento, la generación de noticias y la producción cultural de un país proporciona un imaginario colectivo entre los extranjeros, lo que los invita a señalar un país como peligroso, corrupto, o potencia máxima, y demás infinidades de percepciones que les produzca su mente. Es de saber que Hollywood tiende a señalar a Estados Unidos como el país héroe, entre el resto que somos unos parias del mundo. Razón por la cual para aquellos quienes vemos el filme fuera de su territorio, nos sorprende que se muestre el otro lado de la moneda, el mismo que recurren a esconder por todos los medios a través de posiciones heroicas y muchas veces edulcoradas a su máximo nivel. Por lo tanto, ver la elevada corrupción política de sus protagonistas nos estremece hasta los huesos. Hechos de ficción que bien pueden experimentar cabida en la realidad.

Asimismo, detrás de esta historia podemos ver como se mueven dos pesos pesados de la industria fílmica hollywoodense: George Clooney (director) y Leonardo Dicaprio (productor ejecutivo), y contrario a lo que se podría pensar, en vez de ahogar a quien bien podría ser su contendor para los oscares: Gosling, le ceden el puesto de protagonista. Y Clooney como director le abre el espacio perfecto para que brille en todo su esplendor y como actor le otorga un cara a cara –escena con una iluminación bastante destacable-, que lo pone a prueba. Clooney así, le abre camino para que Gosling madure libremente. Es claro que estos hombres ven a la industria como un monte Everest para escalar, para el cual de manera estratégica necesitan de un equipo que no se pise de manera irracional los talones entre si, sino que se inviten a compenetrarse libremente, premisa que irónicamente es la antítesis de la que aparece en el filme.

Desde aquí le auguro un buen futuro. Esperemos que llegue a los Oscares, y que ojalá a pesar de su disminuido mercadeo y bajo presupuesto logre seducir a los miembros de la academia.

Escena para no perderse: Absolutamente todas.

Mi recomendación: No se pierda de este drama político que sitúa a Gosling como un naciente actor maduro.

4 comentarios:

Giancarlo Verástegui dijo...

Excelente reseña!. Aquí llegará el 16 y no veo las horas, George Clooney como director es bastante destacable, sus tres trabajos anteriores son dignos de mención, sobre todo aquella maravilla que es "Good Night And Good Luck", me atrevería a decir que me convence mucho más cuando se encuentra detrás de la cámara.

Un abbraccio e tanti saluti Carolina!!!

Carolina Pardo Delgado dijo...

Muchas gracias Giancarlo, espero a que la veas entonces y me vas contando como te pareció. La que mencionas desafortunadamente no la he visto, pero ya me la han recomendado y la tengo en mi lista por ver. Antes quiero ir adelantando las posibles nominadas a los Oscares. Abrazos para ti también!

Ing. Frank Díaz dijo...

Carolina, una vez más admiro la forma en que reseñas. No la he visto pero te aseguro que lo haré. Soy Cinefilo desde niño y ya voy por 32 años y creeme que refresca mucho leer tus reseñas.
Un abrazo desde Venezuela

Carolina Pardo Delgado dijo...

Muchas gracias Frank, es lo que percibí de la historia. Espero que la veas. Es excelente. Un abrazo para ti y gracias por pasar a leer por aqui. Esta es tu casa. Un abrazo!!!

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